Uno Nunca Sabe...
<
Esta obra fue empezada a escribir hace más o menos quince años. El argumento, como siempre en todas mis obras, es mitad realidad y mitad fantasía. Yo no estaba satisfecha con el final de mi obra porque quería que mi personaje femenino terminara feliz… probablemente habiendo contraído matrimonio. Como eso no me fue posible hacerlo, ya manuscrita en borrador quedó inconclusa y abandonada entre los miles de papeles que rodean la vida de una escritora.
Cuando la retomé hace unos pocos años, algunas páginas se habían amarillado por el tiempo y otras se habían extraviado.Entonces decidí que la publicaría tal cual estaba... y como era mi realidad; y es ahora uno de mis libros que más le agrada a mi público.
Mi trabajo ha sido arduo. María fue una " mujer-víctima" por su ansia infinita de amar y ser amada. Le pasaron muchas cosas buenas y malas, pero lo principal es que “aprendió”...a vivir su realidad y a sentirse muy bien con ella. Creo que el dolor es la mejor escuela de la vida.
María, como tantas personas encontró al amor interesado y equivocado, que cree que la mujer es sólo un objeto de placer. Mucho de esto nos dice el poema siguiente:
Como Eva
Suéltate el pelo María.
Me gusta verlo flotando
como una espuma en el viento.
¿Sabes?... Hace mucho tiempo
no veo nada tan bello.
Y es tu sedoso cabello
como un manto ensortijado,
en el cual, sin querer,
yo me he enredado.
Suéltate el pelo María...
que así te siento más mía,
más hermosa y entregada,
cada noche y cada día.
Suéltate el pelo María
aunque yo no esté contigo.
Quiero imaginarte siempre
como Eva, voluptuosa...
desnuda...
envuelta sólo en el velo
incitante de tu pelo.
María , de pronto, cambió el curso de su vida… y para sorpresa suya, descubrió que ella era una mujer muy atractiva… y con muchos valores morales que ella se decidió a defender a toda costa. Entonces escribe:
Un sabor incitante
Ojos... muchos ojos
que curiosos me miran,
que me besan,
que me esquivan,
se sonríen y regresan
otra vez a contemplarme.
Ojos que me ansían,
que me buscan,
me desean.
Ojos que pecan al verme
también al cerrarse,
recordarme... y no tenerme.
Ojos, ventanas de las almas y las mentes,
que parecen atrapados...
pues voltean y voltean
a mirarme nuevamente,
sonrientes, asombrados,
invadiendo mi vida hoy vacía...
y turbando sin permiso,
mi valiosa privacía.
Y que llenando mi espacio
me iluminan, me enloquecen,
y me dejan un sabor incitante
de aventura y de placer...
del disfrute del amar y ser amado, sobre todo si es prohibido
o si es pecado...
y que hoy no quiero tener.
Un anhelo que se acaba
como un sueño
que se diluye en el aire
porque provocando algo
que pudiera ser amor,
en mi extraña candidez,
ni lo tomo ni lo doy.
Y continuando mi andar,
de solitaria mujer, me pierdo por las orillas
infinitas de mi mar.
¿Qué hizo entonces María?... Será interesante saberlo. ¿Tú que dices?...
Este es mi séptima obra literaria… y nos esperan aún muchas más sorpresas.
Otra muestra de Uno Nunca Sabe... es: