Alma de Gaviota
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Graciela Larrea Herrick, a pesar de que se había regocijado mucho con el placer de amar intensamente, en esta segunda obra ya no quiso seguir sometida a los caprichos del océano; y rebelándose a ese destino, como el Ave Fenix renació de sus propias cenizas. Anheló profundamente tener alas y volar... ¡sentirse libre!...ser gaviota... y de verdad lo fue.
Ella se describe así misma de esta manera:
Gaviota
Soy pequeña. Soy muy frágil.
Vivo a la orilla del mar en completa libertad.
Mi color es blanco y humo
y mis ojos azulinos reflejan la inmensidad.
Estoy alegre, aunque alerta, pues mi trabajo es audaz.
Plumas suaves y brillantes son mi vestido al volar.
!Plumas! yo tengo en mi nido y, en él, la felicidad.
Acostumbrada a luchar no puedo olvidar lo dulce
que es, en la vida, el amor.
Y entre suspiros y cantos voy buscando una ilusión.
Una ilusión que me aliente, que me lleve más allá...
Alas abiertas, ansiosas. Alas en busca de paz.
Eso soy, tan sólo un ave.
Ilusión, alas y plumas; canciones y libertad.
Un alma jugando a viento. Una gaviota en la mar.
Un instante en todo un tiempo. Eso soy...
y nada más.
También esta obra tiene una trama: Gaviota conoce a un Picaflor que se quedó prendado de la belleza de su alma... pasan muchas cosas... Allí, su hijito, el Gaviotito, nos conmueve con su ingenuidad.
Graciela presentó este segundo libro en La Librería de la Mujer en 1,982. La introducción estuvo a cargo del Dr. Winston Orrillo.
El notable periodista Abraham Lama le comentó a la propia poeta, mucho tiempo después:
"Para mí, tú eres todo un personaje... tan especial, tan exquisito. Habiendo leído tu libro ya no sé si te vi o si te soñé pero yo te llevo en mi recuerdo como una mujer caminando descalza entre la espuma del mar que se desvanece entre la arena húmeda..."
"Gaviotita, de lo que sí estoy seguro es de haber sido testigo de ese momento mágico, cuando tú bajando por las escaleras, dejabas flotar plumas de gaviotas sobre los asistentes al recital de la presentación de tu obra en la Librería de la Mujer. Fue una escena inolvidable y digna de un gran anfiteatro..."
"La lectura de tus poemas me conmueve siempre, pero debo confesar que tu persona hermosa y vital, y la historia de cómo emergiste poeta me impresionan aún más".